En Santa Eulàlia encontramos uno de los mejores campanarios del valle, una esbelta torre de planta cuadrada y seis pisos de altura con la decoración propia del románico lombardo: los arquillos ciegos y los frisos de diente de sierra. Alineado con el de Sant Joan de Boí y el de Sant Climent de Taüll, el campanario cumplía la función de comunicación y vigilancia del territorio. En el interior de la iglesia podemos ver una copia del grupo escultórico del Descendimiento de la Cruz, el único que se conserva completo del taller de Erill. Los originales se encuentran repartidos entre dos museos: el Museu Nacional d’Art de Catalunya y el Museu Episcopal de Vic.