Sant Feliu de Barruera

En Sant Feliu de Barruera encontramos elementos arquitectónicos de los dos grandes momentos constructivos presentes en la Vall de Boí: los siglos XI y XII. Las diferencias constructivas de cada siglo se hacen evidentes en los dos ábsides que conserva la iglesia: el ábside del siglo XI, decorado con arquillos ciegos, bandas lombardas y con un aparejo irregular bien diferente de los sillares del ábside del siglo XII. Las remodelaciones de la iglesia y los bienes muebles que se conservan en el interior nos muestran como los templos del valle se van adaptando a los gustos y a las necesidades de la comunidad que los ha utilizado desde el siglo XII hasta nuestros días sin interrupción.

Cronología

s.XI Primer moment constructiu. s. XII Nave, brazo del crucero y base del campanario. Dues noves capelles, reforma del campanar i la porta. s.XVII-s.XVIII Aportacions barroques. Anys 70 Restauració i eliminació elements barrocs.

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Historia

Hay pocas noticias referentes a la iglesia de Sant Feliu de Barruera. El primer documento vinculado a esta iglesia data de 1140, momento en el que la iglesia de Barruera pasa a depender de la diócesis de Urgel.

Un documento propio de la iglesia es el referente a una visita pastoral del año 1373, en la cual el visitador papal llegó a la Vall de Boí y se entrevistó con diversos sacerdotes, entre ellos Domènec d’en Jaume, vicario de Barruera.

Las formas de la arquitectura

La iglesia de Sant Feliu ha tenido numerosas transformaciones a lo largo de los siglos, actualmente vemos una iglesia con una única nave cubierta por una bóveda de cañón ligeramente apuntada, que descansa sobre arcos torales soportados por una serie de ménsulas.

La nave está coronada al este por un ábside semicircular y conserva el brazo sur del transepto, encabezado por un segundo ábside de dimensiones más reducidas.

La puerta de acceso al templo, precedida por un pequeño pórtico, se encuentra en el muro oeste. El campanario, más austero y discreto que otros del valle, se sitúa en el muro suroeste.

Dos capillas posteriores se abren en la fachada norte de la iglesia.

El campanario es muy diferente de otros del valle, ya que únicamente conserva los dos primeros pisos de la construcción original románica.

Un vistazo al exterior

La iglesia de Sant Feliu ha tenido numerosas transformaciones a lo largo de los siglos, provocando que el exterior del edificio presente un juego de volúmenes bastante interesante y particular.

Si dais un vistazo a los dos ábsides, podéis ver los diferentes momentos constructivos del edificio: el ábside principal está construido con un sillar de piedra bastante irregular, ya que se levantó en la primera fase constructiva, la del siglo XI, mientras el ábside sur (que corresponde el brazo del transepto) se edificó en el siglo XII, razón por la cual el tratamiento de la piedra es regular y más cuidado. Este ábside sur no está decorado con los motivos lombardos que aparecen en el central, el único motivo decorativo de que dispone es una moldura bajo el alero de la cubierta.

En los ábsides de Sant Feliu también encontramos los dos modelos diferentes de las ventanas románicas. La ventana de doble derrame y la ventana de apertura recta.

Cerrojo medieval

En la puerta de la iglesia se conserva uno de los cerrojos que encontramos en diferentes iglesias del valle, decorado con motivos geométricos y rematado con la cabeza de un animal.

Un vistazo al interior

La iglesia de Sant Feliu de Barruera conserva diversos elementos arquitectónicos singulares.

La bóveda de cuarto de esfera que cubre el ábside central está construida con piedra calcárea, un material más ligero que el granito, extraído muy probablemente de los alrededores del río de Barruera, de la zona más húmeda de la umbría.

Del transepto únicamente se conserva el brazo sur, cubierto con una bóveda de cañón.

La planta inicial podría ser de tipo basilical con tres naves, pero quedó inacabada por falta de recursos. La pista nos la da un pilar circular que aún se conserva en una esquina del crucero.

Decoración románica

En el ábside central podéis ver restos de revoque y encintado original del siglo XI. Esta decoración marca líneas blancas con la cal para representar las juntas entre las piedras y simular una construcción perfecta.

En la entrada se conserva la pila bautismal original románica. La estructura de madera que hay encima se puso en el siglo XVIII para proteger el agua. Tenía también la función de armario para guardar los elementos litúrgicos.

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